Dejar las drogas – ¿Qué es la iboga?
La iboga es una planta de origen africano, consumida tradicionalmente por etnias como los pigmeos, los fang y otros grupos étnicos del centro oriental de África y que, desde tiempos recientes, forma parte de los rituales de iglesias sincréticas. La corteza de la raíz de la planta contiene 12 alcaloides, uno de los cuales, llamado ibogaína, tiene potentes efectos alucinógenos. La iboga es utilizada en la religión Bwiti como vehículo principal de los rituales de paso de los miembros de la comunidad, tanto en la iniciación de la niñez a la edad adulta como en rituales en los que los miembros de la comunidad sufren algún mal o dolencia que pueda estar causado por un alejamiento del individuo del grupo. En estos rituales, toda la comunidad en su conjunto participa en el ritual de cohesión y a la persona enferma se le administra iboga. Cada miembro de la comunidad tiene una implicación activa en el desarrollo del ritual, que puede llegar a durar hasta tres días en el caso de los hombres y hasta semanas en el caso de las mujeres. El iniciado reconecta de este modo con los ancestros de la tribu y con los símbolos y la cosmovisión dela comunidad, volviendo a formar parte activa de la misma una vez finalizado el ritual y produciéndose la curación.
Al igual que ocurre con las religiones ayahuasqueras, el bwiti se ha ido instalando poco a poco en Occidente, si bien en mucho menor medida que la ayahuasca. De hecho, lo que está ocurriendo es que algunos curanderos bwiti viajan por el mundo realizando rituales en los que tratan de recrear los rituales africanos en los contextos occidentales. Así, en sesiones grupales, reparten corteza de la raíz de iboga pulverizada en ceremonias que se prolongan durante el fin de semana y a las que acuden los iniciados para tratar de resolver un conflicto psicológico o simplemente para adentrarse en los territorios espirituales a los que permite acceder el consumo de iboga.
Pero, sin duda, el uso más interesante de la iboga y de su principal alcaloide, la ibogaína, es su uso reciente en el tratamiento de la adicción a drogas. El uso de la ibogaína en el tratamiento de las drogodependencias fue descubierto en los años 60 por Howard Lotsof, un heroinómano y experimentador de drogas, que vió cómo, tras consumir ibogaína de manera recreativa, desaparecía tanto en él como en sus amigos el deseo de consumo durante semanas, sin que experimentaran además el síndrome de abstinencia. Hoy día, existen clínicas donde se administra ibogaína a pacientes toxicómanos. Existen evidencias de que la ibogaína puede ser una herramienta útil para dejar drogas como la cocaína, los opiáceos, las anfetaminas o el tabaco. Si bien los mecanismos concretos por los que la ibogaína ejerce acción sobre la reducción del deseo de consumo de drogas de abuso, así como la eliminación del síndrome de abstinencia, son en buena medida desconocidos, parece que funciona. De momento, Nueva Zelanda es el único país del mundo que ha autorizado la ibogaína como un fármaco de prescripción médica para el tratamiento de las toxicomanías.
Dejar las drogas – ¿Qué es la iboga?